Seas tu un hombre o una mujer de negocios, un científico, un docente, un escritor, una enfermera, un profesional o un trabajador cualquiera, el arte en cualquiera de sus manifestaciones, complementa tu vida, la enriquece y te activa.
No importa el punto de vista en que te sitúes para apreciar la música o la pintura o cualquier manifestación del arte. Puedes hacerlo desde una perspectiva intelectual o simplemente desde la perspectiva del observador que siente agrado o rechazo por lo que observa o escucha. Deja que simplemente te emocione, te haga reflexionar, te tranquilice o te inquiete. Que te guste o no te guste. El arte va directo a nuestros sentidos. Después, si te apasiona quizás investigues, analices y estudies ese arte que te ha maravillado.
El arte enriquece si lo acoges en tu vida, probablemente tal como otras manifestaciones humanas como el deporte, las ciencias o el interés por las cosas del mundo y su desarrollo, sin embargo puede complementar todas las actividades humanas, otorgándonos un sentido de plenitud y sensibilidad que enriquece nuestras vidas.
La educación no debe estar carente de esta fuente de formación humana, como ayuda para descubrir nuestras capacidades, la creatividad y una perspectiva más amplia de la vida y su significado.
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